Una d´aforismes.

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  Hay muchas naciones en el mundo, pero ninguna dentro de mí.
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  Dudo que haya un método más rápido y eficaz de adelgazamiento que la muerte.
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  Aunque, al menos desde un punto de vista práctico, está bien que existan las naciones. ¿Dónde, si no, se iba uno a exiliar llegado el caso?
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  De acuerdo, la perfección no equivale al arte, pero es un buen comienzo.
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  ¿Cómo que no hay ningún libro perfecto, limpio de errores, de contradicciones, de partes superfluas? Y el listín de teléfonos, ¿qué?
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  Hijo, ten cuidado cuando salgas a la calle. Mira bien dónde pisas, no vayas a tropezar con un himno.
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  Adoptes la táctica que adoptes, antes vencerás al tigre que a la calumnia.
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  A los seres humanos con personalidad doble, ¿cómo hay que tratarlos? ¿De túes o de ustedes?
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  Considero una cima biográfica cada hora, cada minuto, cada segundo exento de dolor.
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  Ningún egoísmo tan detestable como el de los demás.
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  Soy un ferviente defensor de la duda, con excepción de las de mi cirujano.
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  Un tipo que se pasa el día diciendo yo, yo, yo, es un ególatra. Otro que hace lo mismo diciendo nosotros, nosotros, nosotros, es un nacionalista. El nacionalismo no es más que la forma plural de la egolatría.
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  Un aparato capaz de medir la belleza de las obras artísticas no nos serviría de nada sin otro aparato capaz de transmitirnos las emociones correspondientes, en cuyo caso podríamos prescindir tranquilamente de las obras de arte.
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  Por el momento me inclino a descartar la opción del suicidio dado el alto riesgo de muerte que comporta.
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  Desconfío de los espejos. Ni siquiera saben mentir.

Fernando Aramburu, Pequeñas magnitudes, Babelia, El País, 15/05/2010
http://www.elpais.com/articulo/portada/Pequena/magnitud/elpepuculbab/20100515elpbabpor_1/Tes?print=1