Hobbes: la lògica com a crítica del llenguatge.

La lógica de Hobbes es una teoría del cálculo que pasa por una teoría de las denominaciones, de la proposición y de las demostraciones. Esta lógica no tiene únicamente como objeto el pensamiento, o aquello que Hobbes llama el discurso mental, sino también y sobre todo el lenguaje verbal. El pensamiento sólo accede a lo universal a través del lenguaje. Aparte de las denominaciones lingüísticas, en el mundo y en nosotros sólo existe lo singular. Para estar por encima de la singularidad de los pensamientos, es decir del flujo de las sensaciones y de las imaginaciones, para que el pensamiento pueda detenerse sobre un objeto, recordarlo y emitir un juicio sobre él, necesitamos el lenguaje. Ahora bien, si el lenguaje abre la posibilidad de la verdad, también es la condición del error. Para Hobbes hay por tanto una ambivalencia fundamental del lenguaje. Esta ambivalencia podemos encontrarla en diferentes niveles, en particular en el nivel ético y político –“el lenguaje no hace al hombre mejor, sino sólo más poderoso” dice Hobbes en el De Homine– pero está presente ya en el nivel de la lógica. Ésta definirá por tanto los principios para acceder a la verdad y escapar del error. Ahora bien, el error en materia de filosofía proviene precisamente de que no se le presta suficiente atención a las diferentes funciones de las partes del discurso. Así es como, en una tradición que se remonta a la escolástica tardía, en particular a Guillermo de Ockham, y que se extenderá hasta nuestros días, en particular en Wittgenstein, Hobbes somete nuestro uso del lenguaje y las expresiones que construimos a la navaja, es decir a un análisis que apunta no solamente a denunciar las ficciones que produce un uso abusivo de las palabras, sino también a describir el proceso de formación de las ficciones metafísicas. De este modo, según Hobbes, las afirmaciones de la metafísica, en tanto que ésta se considera como un discurso sobre el ser en general y sus modalidades, no son otra cosa más que ficciones que no remiten a nada fuera de las expresiones en que están enunciadas. El análisis de la función del verbo “ser” en el discurso es el que va a desempeñar aquí el papel más importante. Hobbes muestra en efecto cómo ese verbo, que tiene por función jugar el papel de signo de unión en la proposición, tiene tendencia a considerarse a sí mismo como el objeto de que se habla. Ésta es la ilusión metafísica por antonomasia. La transposición del ser como signo lingüístico al ser como nombre es para Hobbes la clave de los delirios de la metafísica, en particular de la de Aristóteles. La pretensión a nombrar la esencia de las cosas es el resultado de una ilusión naturalmente producida por el lenguaje. La lógica debe ser por tanto también una crítica del discurso.

Ives Charles Zarck. Sentido y apuesta del "De Corpore", prólogo de El cuerpo de Thomas Hobbes, Pre-Textos, Valencia 2010

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