"Intervenció humanitària": la gran paraula.

by Robert Garcia
Siempre me han asustado tanto las grandes palabras como los eufemismos que tratan de disimular la fealdad de lo real. Mucho más cuando son utilizados por gentes cuya sinceridad cabe poner en duda, y cuyas verdaderas razones suelen permanecer ocultas bajo capas de retórica vacía. Oigo a los gobernantes hablar de “liberar a un pueblo masacrado” o “llevar a cabo una intervención humanitaria” y se me ponen los pelos de punta. ¿Otra guerra disimulada tras expresiones altisonantes? ¿Con qué objetivo (aparte del de gastar armas y munición para fabricar más, que siempre le va bien a la economía)?

Al sur, Libia hace frontera con la región sudanesa de Darfur, donde han muerto en los últimos años cientos de miles de personas y de donde han tenido que huir millones de refugiados. En el mismo continente, hay conflictos latentes o activos en Burundi, República Democrática del Congo, Somalia, Uganda, Costa de Marfil y Nigeria. Como mucho, la comunidad internacional manda de vez en cuando un puñado de cascos azules. No bombarderos ni fragatas. ¿Podemos entonces creer que a los jefes del mundo les preocupa de verdad tanto la vida de unos cuantos libios?

¿No son además los que ahora están atacando a Gadafi –que siempre fue un tirano– los mismos que hasta hace unas semanas le recibían con los brazos abiertos, le compraban gas y petróleo, le vendían armas y hasta le permitían que se sentase en el Comité de Derechos Humanos de la ONU? Y además, ¿quiénes son esos “rebeldes” a los que tenemos que proteger y de los que no sabemos nada? ¿Podemos creernos algo de lo que nos están contando y apoyar, otra vez, una guerra?

Ángeles Caso, ¿Creernos algo?, Púablico, 24/03/2011

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