Els efectes de les catàstrofes en els sistemes vius.

Las catástrofes por situaciones caóticas o catastróficas, por irrupción en el sistema de elementos externos no continuos, como puede ser la caída de un asteroide, pueden causar modificaciones de tipo climático y meteorológico con profundas influencias en las estructuras de tipo ecológico.

Estas nuevas condiciones generadas por esta anomalía cambian el contexto donde se desarrollan los organismos, presionan de manera rápida y aceleran o hacen imposible la adaptación de los humanos, de manera que la bajada o subida rápida de la temperatura, luz, etc.., contribuyen al cambio de la actividad biológica y a la destrucción trófica momentánea, lo que influye en la capacidad de regular energía del entorno por parte de los agentes vivos, como por ejemplo, el tipo de disposición de alimento para la ingesta.

Las temperaturas oscilantes, la falta de humedad, influyen termodinámicamente en el funcionamiento de los organismos vivos, modificando sus ritmos, ralentizando o acelerando las funciones metabólicas que pueden conducir a patologías, pérdida de motricidad, enfermedades... y convertirse en factores que intervienen en la estructura de estas poblaciones.

La desestructuración de las redes sociales, del intercambio, hacen bajar el rendimiento energético y como consecuencia económico, descohesiona las relaciones intraespecíficas, provocan migraciones, extinciones en masa, aumentan las luchas intra y extraespecíficas, en una espiral muchas veces catastrófica para las poblaciones que han sufrido el cambio en el entorno.

Los fenómenos exógenos pueden activar los endógenos y contribuir así a la selección de mutaciones que de otra manera no se hubieran llevado a cabo. Las presiones y cambios endógenos también son importantes: la caída de sistemas inmunes, las mutaciones no aptas para una mayor adaptación, enfermedades, patologías propias del funcionamiento fisiológico y genético de los organismos vivos, así como el cambio de valores y estructuras sociales, pueden ser la causa de cuellos de botella de una crisis demográfica y la puerta de entrada a posibles extinciones en masa.

Los sistemas vivos, por lo tanto, propician nuevas adquisiciones para la adaptación en caso de crisis y en muchas ocasiones los cuellos de botella son soluciones evolutivas que, de no producirse, restringirían los aumentos de diversidad posterior. Sin embargo, podemos concluir que, el azar es omnipresente, igual que la fuerza que construye y destruye.

Eudald Carbonell, Evolución y colapso, Sapiens, 02/09/2012

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