Felicitat i precarització.



André Spicer, profesor de Comportamiento Organizacional de la Universidad de la City de Londres, cree que una parte de la actual preocupación que muestran las empresas por la felicidad de sus empleados obedece a razones cosméticas. “Resulta irónico que el momento en que el discurso de la felicidad se ha convertido en prioritario en las agendas de las empresas coincida con uno de los periodos de mayor degradación del empleo, con altos niveles de desempleo juvenil, precariedad, uberización y puestos de trabajo bajo la amenaza de ser reemplazados por robots”. Eparquio Delgado concluye que para las empresas es “una ganga” tener trabajadores que rindan mucho y cobren poco. “Si, además, se sienten bien y no se quejan, menos dolores de cabeza para todos”.

Ramón Oliver, Cuán feliz se puede ser en el trabajo, El País 07/06/2017

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