No busco les coses sinó el seu ésser.



Cuando pregunto, ¿qué es esta luz?, ¿es esta luz lo que me preocupa? Evidentemente, no: esta luz está ahí, ante mí, y yo no me propongo hacer con ella nada cuando me hago esa pregunta, más aún, yo no me pregunto por ella, sino que digo: ¿qué es esta luz? Me pregunto por el ser de esta luz y no por ella misma. No busco las cosas sino su ser.

(...) la cosa esta luz significa por sí lo que vemos, algo patente ante nuestros ojos, que tenemos ahí y que no hay que buscar. El ser de la luz está, a lo que parece, tras ella, más allá de ella y –nótese bien- oculto por ella. (...) Lo cual significa que esta luz, según ella se representa, no es ella misma, no es su ser, sino que, por el contrario, me anuncia que hay un ser de la luz, me incita a buscarlo y no me lo da con su presencia. Para llegar a él necesito, a lo que parece, negar a esto que tengo delante y patente y esforzarme en encontrar el ser tras ella. Necesito, pues, quitar de mi mente lo que veo para descubrir lo latente; luego, la luz cubre su ser. Por eso, los griegos, al hallazgo del ser llamaban aletheuein, esto es, des-cubrimiento, des-ocultación y alétheia ha sido traducido por la palabra verdad. La luz que veo oculta, cubre su propia verdad.


José Ortega y Gasset, ¿Qué es el conocimiento?, El País, 08/06/1983 

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